Una herencia en juego I - Jennifer Lynn Barnes


Una herencia en juego I | 
Jennifer Lynn Barnes

Sinopsis

Ella viene de la nada 
Ellos lo tienen todo
Que empiece el juego

«¡Cuarenta y seis mil doscientos millones de dólares!», pensé. El corazón me retumbaba contra las costillas y tenía la boca tan seca como el papel de lija. Tobías Hawthorne tenía cuarenta y seis mil doscientos millones de dólares. Tobías Hawthorne no se lo había dejado todo a sus nietos. No se lo había dejado todo a sus hijas. Los números de esa ecuación no salían. Pero ni de lejos. Y mi cerebro se paró en seco. Me pitaban los oídos. ¿Por qué a mí? ¿Por qué era yo la principal heredera de su fortuna? Uno por uno, todos los presentes se volvieron para mirarme. 

Atrapada en un mundo de riqueza y privilegios, con el peligro acechando a cada paso, Avery tendrá que ir a por todas y jugar a ese juego... si quiere sobrevivir.

Crítica 

Una herencia en juego llegó a nosotras primero en formato de audiolibro, y allí encontró su mejor expresión. La narración oral potencia el ritmo del texto, dota a la intriga de una cadencia vibrante y convierte cada pista en un estímulo que impulsa a seguir escuchando. Gracias a esa interpretación dinámica y envolvente, consumimos con facilidad los cuatro primeros libros de la saga, sostenidas por una voz que realzaba la tensión, la atmósfera y la personalidad de cada personaje.

La portada, además, es uno de los mayores aciertos de la edición: llamativa, cuidadosamente compuesta y visualmente coherente con lo que la historia promete. Es uno de esos diseños que, fiel a las tendencias de las sagas juveniles actuales, funciona como un abrebocas perfecto del tono misterioso y lúdico que espera al lector.

Sin embargo, al pasar al libro físico, la experiencia cambió sustancialmente. Lo que en audio parecía fluido y sorprendente, en papel dejó ver su estructura más predecible. Los acertijos —más pistas encadenadas que verdaderos rompecabezas— pierden impacto cuando ya se sabe hacia dónde conducen, pero también porque la novela parece trazar un camino excesivamente preparado para sus personajes. Avery y los hermanos Hawthorne avanzan por el juego como si hubieran sido diseñados para ellos desde su origen, lo que resta profundidad al proceso y al descubrimiento.

Avery es una protagonista competente, intuitiva y hábil; sin embargo, su única debilidad relevante es su inseguridad, un rasgo explorado de manera tan recurrente que termina volviéndose reiterativo. La narrativa acude a este mismo conflicto emocional una y otra vez, sin permitir que se transforme en un arco más complejo o matizado.

Los hermanos Hawthorne, por su parte, encarnan arquetipos muy reconocibles —y funcionales— dentro del juvenil contemporáneo:

  • Grayson, el heredero herido, marcado por la historia que comparte con Emily, quien también jugaba con los sentimientos de Jameson,
  • Jameson, el aventurero temerario, adicto a los desafíos pero emocionalmente fracturado bajo la superficie,
  • Xander, el genio excéntrico y conciliador, eje que equilibra los contrastes de sus hermanos mayores,
  • Nash, el texano carismático que termina enamorándose de la hermana mayor de Avery, aportando frescura aunque también reforzando ciertos clichés.

En el audiolibro, estas personalidades resultan vivas y diferenciadas; en el libro físico, se perciben más claramente sus moldes narrativos y su dependencia de las convenciones del género. La historia funciona, sí, pero lo hace siguiendo con fidelidad los estándares actuales de las sagas juveniles: ritmo rápido, tensión emocional accesible, triángulo amoroso, intrigas familiares y un misterio estructurado para ser rápidamente descifrado.

El resultado es una novela que brilla en su primera lectura, sobre todo cuando se desconoce la resolución de las pistas y el efecto sorpresa sostiene el interés. Pero es también una obra que pierde fuerza en posibles re-lecturas, cuando la mecánica oculta del relato queda expuesta y el encanto inicial se diluye.

En conjunto, consideramos que una herencia en juego es una novela que se escucha mejor de lo que se lee, entretenida, visualmente atractiva y muy eficaz dentro de su género, pero limitada en profundidad y en capacidad de perdurar más allá del primer impacto.



Frases

- ¿Qué tipo de persona tenía una confianza tan absoluta en sí misma? Se veía en todos los detalles de su postura y en las palabras que empleaba, en cada interacción. Para ese tío el poder era un elemento tan real de la vida como la gravedad. El mundo se doblegaba ante la voluntad de Grayson Hawthorne. Lo que el dinero no podía conseguirle, probablemente lo hacían sus ojos.

- -Mi hermana habla "instantes" con la gente- comentó- Yo entablo largas conversaciones. A decir verdad, así es como acabé teniendo cuatro hijos.

Conversaciones íntimas y maravillosas con cuatro hombres fascinantes...

- ¿y por qué tengo que contar una historia?- quise saber.
-Porque si no lo haces tú, otra persona lo hará por ti.
Aparentar que lo que pasaba a medianoche se quedaba en las tinieblas.

Eso lo había aprendido jugando al ajedrez: cuanto más complicada parecía la estrategia de un jugador, menos probable era que su oponente buscara respuestas sencillas. Si uno podía conseguir que la otra persona no perdiera de vista el caballo, era posible sorprenderla con un peón. "Mira más allá de los detalles. Más allá de las complicaciones", me dije a mi misma.

- -A veces- dijo Jameson Hawthorne con una voz extrañamente contemplativa - las cosas que en apariencia son muy distintas, en realidad son en esencia exactamente las mismas.

-Todo es un juego, Avery Grambs. Lo único que podemos decidir en esta vida es si jugamos para ganar.

Por horrible que suene, el dinero realmente es poder, y el poder atrae. Ya no eres la persona que eras hace dos días.

"El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente."

- Una parte de cualquier estrategia que a largo plaza tenga las de ganar consiste en saber cuándo cumplir las expectativas del oponente y cuándo no.

- "Querer es poder. Donde hay voluntad hay un camino"

-Tu forma de vestir, el peinado que te hagas... no son bobadas. No es algo superficial. Esto...-dijo al tiempo que hacía un ademán hacia el perchero que tenía detrás - no son solo prendas de ropa. Son un mensaje. No estás diciendo qué ponerte, estás diciendo qué historia quieres que cuente tu imagen. ¿Eres una chica ingenua, joven y dulce?¿Quieres vestirte para este mundo de riqueza y maravillas como si hubieras nacido siendo parte de él?¿O prefieres marcar la diferencia, ser la misma pero distinta, joven pero resuelta?

Escuchar no siempre significa acceder.

- -Quizás creas que eres una jugadora más del juego, cielo, pero Jamie no lo ve así- Había amabilidad en la voz de Nash, a pesar de las palabras.- No somos normales. Esta casa no es normal, y tu no eres una jugadora, chiquilla. Eres la bailarina de cristal , o la daga.

La moralidad de una acción  depende, principal y únicamente, de sus resultados.

-No deberíamos dar porque nos sentimos de una manera o otra- me dijo Grayson - Deberíamos dirigir nuestros recursos a cualquier análisis objetivo que demuestre que podemos causar el mayor impacto.

 Jameson era un maestro de las apariencias. Aparentar que no le había preguntado por Emily, aparentar que no me acababa de decir que la había visto morir.

- El dinero significaba seguridad. Significaba protección. Significaba saber que podías meter la pata sin que hacerlo implicara echar tu vida por la borda.

- Jameson había dicho, desde el mismísimo principio, que yo era especial. No fue hasta ese momento cuando me di cuenta de lo desesperadamente que había querido que tuviera razón, lo mucho que anhelaba no ser invisible, no ser papel pintado. Quería creer que Tobías Hawthorne había visto algo en mí que le había confirmado que yo podía hacerlo, que podía soportar las miradas y ser el centro de la atención, la responsabilidad, los acertijos, las amenazas..., todo. Quería ser importante.

No quería ser la bailarina de cristal ni la daga. Quería demostrar, al menos a mi misma, que era alguien.

- Quizá Jameson no quisiera seguir jugando, pero yo quería ganar.

- -A Skye jamás le gustó ensuciarse las manos. Si quieres que te diga la verdad, soy del parecer de que si vas a matar a alguien, lo mínimo es que tengas la decencia de hacerlo tú mismo y de hacerlo bien.

Probablemente, aquella era la conversación más extraña que había tenido en mi vida. Y creo que eso decía mucho.

-claro que la gente ya no tiene esa decencia hoy en día- continuó Nana- Ni respeto. Ni amor propio. Ni valor- Suspiró.



Comentarios

Entradas populares