Hotel Magnifique | Emily J. Taylor
Sinopsis
Durante toda su vida, Jani ha soñado con otro lugar. A duras penas sale adelante con un trabajo en la curtiduría y se ha resignado a llevar una vida monótona en la ciudad portuaria de Durc, cuidando de su hermana pequeña, Zosa. Hasta que el legendario Hotel Magnifique llega a la ciudad.
El Hotel Magnifique es famoso por su asombroso encanto, especialmente por su capacidad de viajar por el mundo, llegando a un nuevo destino cada medianoche. Jani y Zosa aprovechan la oportunidad para formar parte del personal del hotel, y de pronto se ven envueltas en un mundo de candelabros centelleantes y magia imposible. Pero no pasa mucho tiempo antes de que Jani descubra que, bajo su maravilloso encanto, el hotel esconde peligrosos secretos.
Con el apuesto ( y problemático) portero Bel como único aliado, Jani se embarca en una misión para desentrañar el misterio de la magia en el corazón del hotel y liberar a Zosa ( y al resto del personal) de la crueldad del despiadado maître d'hôtel. Para conseguirlo, tendrá que arriesgar todo lo que ama, pero fracasar implicaría un destino mucho peor que no volver nunca a casa.
Crítica
Cuando recorres las estanterías de una librería, es imposible no fijarse en la hermosa portada de este libro y en su prometedora premisa mágica: un hotel encantado que parece estar más allá de los límites de la realidad… ¡Eso suena como un sueño! Sin embargo, aunque la trama te promete una experiencia fascinante, tarda en desarrollarse. Su ritmo es bastante lento y, en ocasiones, parece que la autora no profundiza lo suficiente en el mundo mágico que presenta, dejando ciertos aspectos sin explorar. Esto genera una sensación de entrar al relato a trompicones, sin llegar a comprender del todo la complejidad del universo que quiere ofrecer.
La historia sigue a Jani, una joven que, junto a su hermana, consigue un empleo en el prestigioso y misterioso Hotel Magnifique, un lugar que viaja de ciudad en ciudad, ofreciendo una experiencia única a sus huéspedes. Al principio, el concepto es brillante: el hotel está envuelto en una magia tan intrigante que te invita a seguir leyendo, atrapado por los claroscuros que le dan un tono de misterio. Sin embargo, a medida que avanzas, el relato deja cabos sueltos, historias sin resolver y personajes que parecen ser más promesa que desarrollo. Algunas subtramas consiguen engancharte por un rato, pero la autora deja demasiadas preguntas en el aire y, a menudo, la historia se vuelve predecible, lo que hace que pierda fuerza y emoción.
Lo que más me gustó de Hotel Magnifique fue, sin duda, su ambientación. El hotel en sí es como un personaje más: un laberinto de pasillos y habitaciones que no siempre son lo que parecen. La autora consigue crear un mundo fascinante, donde la magia no solo es tangible, sino también inquietante. Las interacciones entre los personajes y el hotel aportan un toque de misterio que, personalmente, disfruté bastante.
A pesar de su premisa prometedora, la evolución de los personajes me dejó algo fría. Jani, la protagonista, tiene momentos de gran potencial, pero sus decisiones a menudo me parecieron predecibles o excesivamente impulsivas. La relación con su hermana, que en un principio parece ser uno de los pilares de la trama, termina siendo superficial. En lugar de profundizar en esa conexión, la autora introduce una relación romántica con Bel, pero aquí también hay un problema: las chispas entre ellos surgen de forma demasiado repentina y sin que se explique con claridad cómo llegan a desarrollar este tipo de vínculo.
Por otro lado, los personajes secundarios, a veces, resultan más intrigantes que los principales, lo que hizo que me interesara más por el hotel que por las personas que lo habitan. En muchos momentos, sentí que el verdadero misterio y la magia del relato residían en el entorno, y no tanto en los personajes.
El ritmo de la historia también fue algo irregular. Hay partes en los que la trama avanza con agilidad, pero luego se estanca, y algunos giros en la historia parecieron apresurados o forzados, como si se quisiera resolver todo demasiado rápido al final. Aunque la conclusión es satisfactoria, me dejó la sensación de que la historia podría haber sido más desarrollada.
En resumen, Hotel Magnifique tiene una premisa encantadora y una atmósfera mágica que te invita a seguir leyendo. Sin embargo, la falta de un mayor desarrollo en los personajes y algunas decisiones en la trama dejaron en mí sentimientos encontrados. No es una mala lectura, pero tampoco es una de esas historias que me queden grabadas mucho tiempo después de haberla terminado. Aun así, sigue siendo una opción recomendable para quienes disfrutan de los mundos mágicos y las libros llenos de misterio.

-[43] Maman me dijo una vez que un verdadero don tiende a darse a conocer. El año que cumplí once años, por fin comprendí lo que había querido decir.
-[53] -Quienquiera que haga esto, se lo agradezco de buen agrado - A continuación, tomó una tarte aux pommes de una bandeja del tocador:
-No me digas que una diosa dejó eso.
- Acaban de aparecer. Prueba un bocado. Huelen a destino.
- El destino no tiene olor.
-Pues sí, y también tiene sabor- Dio un mordisco y gimió - Compruébalo por ti misma.
-[122] Apreté los ojos, aferrándome a los recuerdos de Aligney. Sus muros de piedra. La luz del sol tiñendo de oro los campos de cultivo. Podría caminar por el entramado de calles empedradas de Alligney con los ojos vendados. Pensar en esas calles arrancadas de mi mente me hacía arder los pulmones. Maman siempre bromeaba diciendo que el suelo de nuestro pueblo era parte de mi sangre. No sabía quién podía ser sin mis recuerdos. El pueblo me había hecho ser quien era...
-[220] - ¿Y me estás enviando de vuelta a Durc? ¿Sin mi hermana?
-Te estoy salvando.
No podía ni imaginarme cómo lo había arreglado Bel.Debía haberle prometido a Alastair algo obsceno. Buscó en su bolsillo y luego presionó las monedas frías en mi palma.Dublones de plata.
-Para el viaje a tu pueblo-dijo- Felicidades. Alastair anuló tu contrato.Puedes irte a casa.
Me estremecí al oír la palabra y mi corazón cayó en picado. Había pasado años intentando volver a casa, pero sabía que sin duda que Aligney nunca sería un hogar sin Zosa.
- ¿No lo entiendes? Un hogar no significa nada para mí sin la gente que quiero.
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