La Pluma de un grifo - Cornelia Funke
La Pluma del Grifo-Cornelia Funke
Sinopsis
Crítica
Apartes
- No escribí esta historia para quienes quieren gobernar el mundo. Ni para quienes constantemente han de demostrar que son más fuertes, más rápidos, mejores que todos los demás. Ni para quienes consideran a los humanos el culmen de la creación.
Esta es la historia es para todas aquellas personas que tienen el valor de proteger; en lugar de dominar; ayudar, en lugar de saquear; y conservar, en lugar de destruir. (Pág.10)
- Ben alzó la mirada al techo de la cueva, donde se reunían más luces con cada día que pasaba. "Cuando un dragón muere, siembra nuevas estrellas", le había explicado Lung. "Entre más pacífica sea su despedida, más hará. En cambio, si el final de un dragón es sangriento, su muerte producirá estrellas rojas en las que seguirán viviendo su dolor y rabia ¡Por desgracia, en el cielo hay unas cuántas de ésas!" (Pág.14)
- Guinever asintió con la cabeza en un gesto de confirmación. Mucha gente reaccionaba con sorpresa ante lo mucho que valoraban los Wiesengrund la opinión de sus hijos. "Es increíble, ¿verdad?", comentó al respecto Barnabas una vez. "Como si no fuera evidente que la edad rara vez dice algo sobre el sentido común de una persona ¡Yo hasta me atrevería a afirmar que la idiotez y lo cabeza dura se multiplican con cada cumpleaños en una cantidad lamentablemente alta de casos!" (Pág.28)
- Lo extraordinario se vuelve aburrido con el tiempo, jinete del dragón. A menudo las cosas más corrientes son las que te hacen más feliz. (Pág.80)
- A menudo las cosas más pequeñas crecen hasta convertirse en grandes sueños. (Pág.83)
- Barnabas Wiesengrund era un hombre pacífico, de niño despreciaba a cualquiera que pisoteara escarabajos o tirara piedras a los perros callejeros. Nada lo enfurecía más que los humanos que hacían sufrir a otras criaturas por diversión o aburrimiento, aunque con los años aprendió que la crueldad de estas personas se debía al temor hacia todo lo desconocido. Sí, tal vez Barnabas Wiesengrund fuera tan pacífico por ese mismo motivo: nunca tuvo miedo de nada, sino infinita curiosidad por todo lo que no conocía. (Pág.85)
- Ben permaneció sentado preguntándose cómo enseñar al corazón a amar sin pagar a cambio con dolor ¿No sería mejor no necesitar ni extrañar a nadie? Esa noche Ben no sabía la respuesta. (Pág.100)
- El corazón sufre cosas horribles cuando se mira demasiado tiempo a través de una reja, incluso cuando ésta no consiste más que de ramas. Ben sintió que empezaba a olvidar cómo era la sensación de libertad. No, aún peor: empezaba a perder la esperanza de volver a sentirla algún día. (Pág.302)
- Ben se preguntó si existiría algún habitante de Pulau Buru que no le temiera al grifo. Cada vez admiraba más el valor de Shrii por hacerle frente. Era mucho más fácil imitar a los demás sin protestar que buscar caminos nuevos y mejores. Barnabas también lo sabía de sobra, pero el mundo sin Shrii y Barnabas Wiesengrund sería mucho más oscuro y pobre.Nadie afirmaría lo mismo sobre Kraa. En verdad costaba mantener viva la esperanza de que aún pudieran salvarse de algún modo, sin embargo, nada era tan peligroso como perder la esperanza. " Si la esperanza muere", le había dicho Barnabas un día, "significa que te rendiste y entonces ya no hay vuelta atrás" (Pág.307)
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