El círculo mágico - Katherine Neville
Ariel recibe en herencia unos manuscritos de gran valor que encierran un importante secreto relacionado con los objetos sagrados de las tribus de Israel. Quien consiga descifrarlos será depositario de una sabiduría antigua que se perdió en la historia de la humanidad. Así se desenvuelve la compleja madeja que hábilmente logra tejer Katherine Neville en esta novela, que no tiene nada que envidiarle en complejidad a cualquier escritor ruso, pues la familia Behn es tan complicada y sus ramas genealógicas tan enrevesadas, que un lector poco atento terminará hecho un lío.
Dejando este asunto aparte la escritora logra llevar airosamente la trama, que tiene todos los ingredientes para hacerse adictiva, siempre y cuando se tenga la paciencia de seguir el hilo conductor e ir como Ariadna, desenredándolo en medio del laberinto argumental que expone esta historia.
Ahora bien, se debe de tener en cuenta que la narración es en tres tiempos: comenzamos en el pasado en donde se encuentra Jesús y sus discípulos y los emperadores romanos Tiberio, Claudio y Nerón; un segundo tiempo más cercano con las menciones de las colinas sudafricanas y los inventos del siglo XX, hasta un presente en medio de la Guerra Fría, donde se encuentra la protagonista, que deberá unir estas tres líneas para tener una visión de lo que es su herencia. Leyendo esto admitirás que la escritora realiza una apuesta ambiciosa y arriesgada al tener tal variedad de personajes, pero esto no es más que un juego para una experta como Katherine Neville, quien realizó un estudio previo y exhaustivo para que las escenas, personajes y acciones sean creíbles ante los ojos del lector.
Como no todo puede ser miel sobre hojuelas ni tan perfecto, si bien la escritora hace un magnífico trabajo en entretejer las historias, se olvida de que también es importante el ritmo de la trama, pues ésta puede resultar algo lenta en algunas partes, mientras que en otras es abrumadoramente rápida, exponiendo a veces hechos y teorías científicas o filosóficas tan deprisa que el lector tendrá que volver a leer ciertos pasajes para lograr entender de qué va la cosa. Por otro lado, el menjurje es tan variado y tiene tantas mezcolanzas conspirativas que te logras enrollar mucho y a veces pierdes de vista el rumbo, dándole importancia a aspectos que solo aparecen como una pincelada decorativa en la narrativa.
Mirando a fondo la construcción de los personajes, todos y cada uno llegan a desatar en un momento u otros sentimientos encontrados en el lector, que se devanara los sesos por ver quién es el villano de la trama del asunto, lo que solo lograrás saber al final, siendo ésta una proeza para una novela de 542 páginas, pues es común en este tipo de historias saber casi desde el principio quién es quién.
Para terminar, ¿lo recomendaría?, sí, siempre y cuando
alternes la lectura de éste con otra obra más ligera para no achicharrarte el
cerebro con tanta información y teorías. Dejando esto a un lado “El círculo
mágico” es una obra que en realidad vale la pena leer si eres de los que tienen
paciencia para darle una oportunidad a una lectura demandante y complicada.
Apartes
- - Saber las cosas no es nunca peligroso- le espeté irritada - Lo peligroso es ignorarlas. Sobre todo, ignorar las cosas que afectan a tu propia vida. Estoy harta de que todo el mundo me esconda cosas, afirmando que es por mi propio bien. Estoy harta de que me dejen siempre al margen. Página 135
- - A pesar de haber tenido una vida larga y plena, Gavroche - prosiguió Laf-, todavía recuerdo cada suspiro, cada sabor, cada fragancia. Algún día tendré que explicar mi teoría de que los aromas son la llave que abre los recuerdos más tempranos. Per los recuerdos más poderosos son los asociados con la mayor belleza o la mayor amargura. Página 155
- Ya ves el estudio no sólo potencia nuestro intelecto sino el modo en que nos percibimos a nosotros mismos y a nuestra historia. Página 175
- -Acabado, quizás- respondió Lovernios - Pero cada final implica un inicio, como Esus de Nazaret me indicó cuando lo trajiste a vivir con nosotros, de niño. Dijo que durante sus viajes contigo había aprendido que todo el mundo se resiste a los cambios. - Y con una sonrisa inquisitiva añadió -: Me gustaría saber si entiendes lo que eso significa. Página 187
- - Pero fuiste tú mismo el primero en enseñarme la magia que los druidas confieren a las palabras - objetó José. Dijiste que las palabras poseen en sí mismas el poder de matar o curar. Rezo para que algunos de estos recuerdos revele el último mensaje que nos transmitió el Maestro, al igual que él rezaba para que sus palabras no cayeran en el olvido. Página 188
- - Es la mejor forma de conocer a la gente: ver lo que comen. Página 278
- - Te estoy diciendo que cada media verdad es también media mentira - manifestó, con cierta reserva.- No confundas nunca las creencias de las personas con la realidad. la única verdad que vale la pena explorar es la que nos acerca más al centro. Página 281
- No creemos que las personas nazcan con un <<sino>> que las lleve a actuar según un guión escrito por una mano superior, sino que cada uno de nosotros posee un destino, una pauta preexistente que, en el fondo de nuestro corazón, deseamos cumplir algún día. No obstante, para verterte a ti mismo en esa nueva forma, esa vasija superior, como quien dice, tienes que reconocer que es tu destino y buscarlo en consecuencia, al igual que el cisne que ha crecido entre gallinas debe darse cuenta de que su destino es aprender a nadar y a volar, o no dejará de ser un ave pedestre que escarba entre el polvo toda su vida. Página 284
- - Tus temores son casi palpables- dijo Dacian - Pero el miedo es una cosa necesaria y saludable. Agudiza la consciencia, es algo que no debe reprimirse... Página 289
- - Exacto- corroboró con aprobación - Pero retrocede por el camino que has seguido. El recorrido suele ser tan importante como la conclusión. Página 292
- - ¿Cómo puede ser peligroso soñar con un mundo mejor?- quise saber.
- No lo es, siempre que el mundo sea de verdad mejor para todos. Y siempre que se trate del mundo real, no sólo de un sueño - respondió Dacian. Página 294
- Los hombres poseían la clave del misterio más elevado: el conocimiento de que la sabiduría y el amor son una sola cosa, un conocimiento que nos permite trascender incluso a la muerte. Página 376
- - Un día quizás aprendas la lección más importante que podría enseñarte: en esta vida podrás hacer y decir lo que quieras siempre y cuando no te disculpes por ello. Página 443
- - Ya veo jovencita: quieres que todo sea cierto o falso, bueno o malo, blanco o negro. Pero la vida no es así, ni lo ha sido jamás. las semillas están en todos nosotros. Se riegan ambos aspectos a la vez y crecen uno al lado del otro. Y en lo que respeta a nuestra familia, tu familia, hay muchas cosas que sería insensato no contemplar sólo porque no puedes clasificar las cosas en compartimientos. No siempre es fácil separar el grano de la paja, incluso después de haber cosechado.Página 446
- Sin embargo, la sabiduría verdadera no sólo radica en saber lo que se puede o no se puede hacer, sino en saber lo que hay que hacer. Y también en saber cuál es, ¿cómo lo dijiste entonces, hace tanto tiempo?, el kairos: el instante crítico. Página 465
- La historia la escriben los vencedores, como se solía indicar. pero la historia no era lo que ya había sucedido, lo que había pasado y concluido, pensó José. ¿Y el futuro? Página 470
- - Para mí, el amor es cuando sabes que la persona que quieres forma parte de ti y que llevas dentro de tu una parte de esa persona - dijo Sam - No puedes usar, manipular o engañar a alguien a quien quieres de verdad, porque te estarías usando, manipulando o engañando a ti mismo. Página 529
- - Lilit no es sólo la sabiduría: es la Madre Tierra - empezó-, lo bastante sabia para mantener toda la vida si no la aprisionamos y le concedemos la libertad para hacer lo que mejor sabe hacer. Quizás el misterio sea la sabiduría antigua: cómo usar los ritmos naturales de la Tierra y las energías que nos mantienen con vida en lugar de construir presas en los ríos, que constituyen sus arterías, de extraer minerales de su vientre, de cortar los árboles que usa para respirar o de levantar paredes que reducen toda vida a espacios delimitados. Página 541.
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