La Letra Escarlata - Nathaniel Hawthorne

La letra escarlata  Nathaniel Hawthorne

La Letra Escarlata | Nathaniel Hawthorne

Sinopsis 

Ambientada en la Nueva Inglaterra de los puritanos del siglo XVII, La Letra Escarlata (1849) narra el terrible impacto que un simple acto de pasión desencadena en las vidas de tres miembros de la comunidad: Hester Prynne, una mujer de espíritu libre e independiente, objeto del escarnio público y condenada a llevar la "A" de "Adúltera"; el reverendo Dimmesdale, un alma atormentada por la culpa aunque digno de la estima general, y Chillingworth, un ser siniestro, cruel y vengativo, que maquina en la sombra. 

Crítica

El mayor pecado de un lector es mirar con los ojos del ahora un libro que fue escrito hace 171 años (1850), y quizás esto fue lo que sucedió con este clásico de la literatura estadounidense,  pues  viéndolo a la luz de una persona de este siglo no logra captar la atención; la asfixiante y entrometida sociedad puritana no compagina con la liberalidad que campa a las anchas en estos tiempos.

Ahora bien, si Hester Prynne  fuera una mujer de esta época sería un animal extraño y exótico, pues su total sumisión a los hechos que le ocurre, como su carencia de interés por defender sus derechos y buscar justicia la convierte en una persona que sin duda alguna sería calificada como una extraña.

Algo parecido le ocurriría a ésta en su época, pues las personas curtidas en medio de la continua lucha por sobrevivir no serían tan condescendientes, debido a que para la época tanto hombres como mujeres se enfrentaban, no solo al escrutinio público, sino también a conformar una sociedad que perdurase con el tiempo, y de la cual sentirse orgullosos por generaciones, si bien no solo en la línea sanguínea, sino también en sus obras arquitectónicas.

A pesar de ello, y para  colmo del lector el personaje principal no es el único que adolece de este problema, pues algunos se tornan tan odiosamente sumisos como inverosímiles, y por esto no se logra conectar con casi ninguno de ellos, y digo casi, porque en medio de tanto personaje soso se halla la pequeña Pearl un soplo de aire rebelde con sus arrebatos y bravuconadas que le da un pizca de sabor a este relato, si bien su intervención es bastante corta se desenvuelve de una manera mucho más llamativa que la de su madre Hester.

La edición de Penguin Random House cuenta con dos apartados, el primero sobre un personaje igual de sufrido que Hester, pero que sabe aprovechar sus carencias para destacar, y luego la Letra Escarlata, con una posición completamente opuesta, y de la cual tal vez toca un poco las fibras de aquellas personas que en el mundo actual ven las injusticias, el tedio  y las confrontaciones como una posición insoslayable y poco esperanzadora.

En resumen sólo la recomendaría para aquellos que quieran acercarse a la literatura clásica estadounidense y  se encuentre interesado en saber cómo es la literatura obligatoria de los colegios norteamericanos.



Apartes

-  El Mundo siempre adopta el color de nuestro temperamento, nuestra imaginación, nuestras expectativas y nuestros recuerdos. En este sentido, nunca podemos ver el mundo como en realidad es, como una realidad pura. En cada percepción hay siempre un componente significativo de nosotros mismos. (P. XXI)  

- El hombre que está agobiado por un secreto debería evitar toda intimidad con su médico. Si es que éste último posee el don de sagacidad, y un algo extra, difícil de calificar, llamémosle intuición; si no demuestra egoísmo que pueda interferir, ni características importantes que sean desagradables, si tiene el poder, que debe ser innato en él, conducir su menta a una  relación de tal afinidad con la de su paciente que éste sin querer hable de lo que crea sólo haber pensado; si tales revelaciones son recibidas sin grandes alaracas y acogidas no tan a menudo con palabras de simpatía que en silencio, con un suspiro articulado, y aquí y allá alguna palabra para indicar que se ha comprendido todo; si a estar virtudes de confidente se le agregan las ventajas que le confiere su condición de médico, entonces, en algún momento inevitable, el alma del sufriente se disolverá y fluirá con un torrente oscuro pero transparente, revelando todos sus secretos y exponiéndolos a la luz del sol (Pag.123)

- Una enfermedad, un sitio dolorido,  si así podemos llamarlo; un lugar herido de su espíritu se manifiesta inmediatamente en su constitución física ¿Quiere usted que su médico le cure el mal del cuerpo? ¿Cómo puede ser, a menos que usted le abra la herida y le muestre el malestar de su alma? (Págs.135 - 136)

- El crimen es para los que tienen los nervios de acero, para los que tienen capacidad de soportarlo; o en caso de verse urgidos, ejercer su fiera y salvaje fuerza para descartarlo de una vez y deshacerse de él (Pag. 146)








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